- Fue un paro contundente y espontáneo, porque es un pueblo que canta y baila, celebrando el trabajo en paz y armonía.
PRIMICIA.- Los gráficos lo demuestran claramente, Huancayo, dijo no a la violencia, no a la amenaza, no al sicariato. Porque Huancayo y los pueblos del Valle del Mantaro, es un pueblo laborioso, alegre que canta y baila y quiere la paz.
Si bien es cierto que en las primeras horas de la mañana se desarrollaba con cierta normalidad, a las 10.00 el paro, convocado por los transportistas y la Coordinadora de Lucha Junín, se dejaba notar a dibujar el ¡NO! a la violencia, al sicariato.
La UGEL Huancayo, como medida de previsión también, hacía cumplir la suspensión de las labores presenciales
A mediodía, las agrupaciones de trabajadores de diversos sectores comenzaban la concentración, para luego salir es en bulliciosas movilizaciones por las calles centrales de la ciudad.
La gente se desplazaba a pie, los carros había desaparecido de las pistas. La policía se concentró en zonas críticas, resguardando a los locales de instituciones públicas.
Sosteniendo gigante bandera peruana, otras delegaciones con banderolas institucionales y batiendo estribillos de slogans de rechazo a las manifestaciones negativas de agrupaciones criminales y criticando a la inacción del gobierno central y del opacado Congreso, recorrieron por la calle Real.
La petición mayoritaria, es la derogatoria de LA Ley 32108 por considerarse como un instrumento que favorece a las organizaciones criminales. Como también exigen el archivamiento del Proyecto de Ley del terrorismo urbano.
Incluso, exhibían un cartelón con la fotografías de los Congresistas que propiciaron y aprobaron estas disposiciones, siempre a espaldas del pueblo.
Huancayo tiene una población cercano a un millón de habitantes y ayer acudieron una cuarta parte, debido a diversos factores: por seguridad, falta de movilidad, temor a las lluvias y otras.