PRIMICIA.- Se inauguró el 2018 por el entonces gobernador Ángel Unchupaico, la piscina del colegio “Santa Isabel” convertido en un triste ejemplo de malversación de recursos públicos y falta de gestión, pese a la promesa de infraestructura moderna.
Inaugurada entre bombos y platillos, la piscina hasta ahora 2024 no funciona. Las fallas estructurales y la falta de equipamiento adecuado impidieron su uso desde el principio. La situación no mejoró con la administración del gobernador Vladimir Cerrón Rojas-Fernando Orihuela Rojas, quien no tomó medidas significativas para resolver los problemas heredados. A pesar de las promesas de poner en marcha, la piscina permaneció cerrada y en desuso.
El actual gobernador, Zósimo Cárdenas Muje, tampoco logró cambiar el destino de esta infraestructura, a pesar de las reiteradas declaraciones de intención y la asignación de más fondos públicos, la piscina sigue siendo un «elefante blanco», un monumento a la ineficacia y falta de planificación. Los estudiantes del Colegio Santa Isabel, que deberían haber sido los principales beneficiarios, continúan esperando poder utilizar, financiada con el dinero de los contribuyentes.
El problema de la piscina refleja obras “realizadas” de una gestión ineficiente y falta de rendición de cuentas en el manejo de los proyectos públicos, como lo es la empresa constructora “Consorcio Santa Isabel II” de la representante legal Ana María Galarza Suarez, responsable de la deficiente construcción. En lugar de ser una herramienta para el desarrollo y la mejora de la calidad educativa, ha sido un desperdicio de recursos que podría haberse destinado a otras necesidades urgentes del colegio isabelino.
Hablar del resto de la infraestructura nos faltaría espacio, de ello la saben las actuales autoridades y los alumnos, pese a mostrar una infraestructura moderna, pero la procesión va por dentro. Los estudiantes del Colegio Santa Isabel merecen instalaciones funcionales y bien mantenidas que apoyen su desarrollo académico y personal.