
PRIMICIA.- El fútbol peruano ha gozado de diversos capítulos que deleitan las páginas de su historia, con generaciones doradas de jugadores que destacaron y dejaron el nombre del país en alto. Sin embargo, también han existido episodios oscuros y que, de uno u otro modo, mancharon y causaron una tremenda tristeza en el balompié nacional.
Sucedió el 24 de mayo en 1964 que dejó centenares de muertos, en uno de los sucesos más lamentables durante el encuentro entre la selección peruana con su similar de Argentina en la última fecha del Preolímpico rumbo al certamen de Tokio de ese año.
Aquel día en un Estadio Nacional repleto, con una asistencia oficial de 47,197 espectadores. El seleccionado de Argentina ganaba 1-0 y cuando faltaban seis minutos para el final del partido, el peruano Víctor “Kilo” Lobatón con el defensa argentino Morales disputaron el balón y en discutida jugada Perú marcó el empate. Sin embargo, el árbitro uruguayo, Ángel Eduardo Pazos Bianchi, anuló el gol,
Provocando un estallido de rabia, ingresando al campo de juego el aficionado “Bomba” y varios aficionados saltaron al campo para agredir al árbitro. Los policías soltaron a los perros, produciéndose una batalla campal que se había formado en las tribunas, sin éxito para detener los disturbios y empeoró la situación arrojando gases lacrimógenos la Policía, que provocó la estampida de cientos de aficionados tratando de huir, para morir pisados porque las puertas estaban cerradas
La tragedia tuvo un saldó con un total de 328 muertos, entre los que se contaron muchos niños y ancianos.